Nuestra mayor satisfacción es descubrir las grandes experiencias que los usuarios de Flebi nos cuentan. Hacer el Camino de Santiago en una plegable de 16″ como la Supra fue todo un reto para una persona poco acostumbrada a montar en bici.
Una decisión atrevida
Cuando se menciona el Camino de Santiago, una gran cantidad de gente rememora o se imagina escenas relacionadas con el mismo. La universalidad que ha alcanzado y la presencia en los diversos medios hacen que sea un icono muy presente.
Igual que se conoce el Camino, se conoce la forma más común de realizarlo: andando. Esta es con diferencia la forma más utilizada para recorrer los tramos del mismo. La otra modalidad más frecuente es en bicicleta. Hay personas que lo hacen de las dos formas porque hay un dicho: “el Camino engancha” y entonces se presta a variar la forma de emprenderlo.
Las diferencias básicas entre caminar y pedalear son el ritmo y el uso del cuerpo. En bicicleta el ritmo es mayor, se recorre más distancia en menos tiempo y se puede apreciar igualmente la belleza. Cuando caminamos las rodillas y las articulaciones de las piernas en general sufren más y como ejemplo tenemos las ampollas y esas molestias comunes en pies o meniscos.
Si profundizamos un poquito podemos imaginar diferentes tipos de bicicletas. La mayoría pensará por inercia que el tipo de bicicleta más adecuado será el conocido como bici de montaña. Es el más usado y dependiendo del suelo del Camino, el más recomendado cuando la tierra se llena de piedras sueltas y zonas quebradas que exigen ruedas de mayor grosor y agarre. Pero, ¿qué pensaríais si a alguien se le ocurriera realizar etapas del Camino Portugués en bicicleta eléctrica, plegable y con ruedas de 16 pulgadas? Sí, ya estoy imaginando las caras. ¡Eso es una locura!. ¡Una bicicleta plegable no aguantaría!. ¡Las ruedas son muy pequeñas y es fácil caerse!…Pues para salir de dudas comprobemos qué fue lo que sucedió cuando una persona decidió, aunque con dudas y cierto miedo, que iba a emprender el desafío en una Flebi Supra.
La elección de nuestro vehículo
El punto de partida elegido fue la ciudad de Pontevedra, concretamente en el puente del Burgo. Para hacernos una idea del reto las indicaciones señalaban las siguientes distancias:
PONTEVEDRA – CALDAS DE REIS (22.8 km.)
CALDAS DE REIS – PADRÓN (18.2 km.)
PADRÓN – SANTIAGO DE COMPOSTELA (23.7 KM.)
La cuestión inicial era vivenciar las primeras sensaciones de una mujer sin experiencia y que no andaba en bicicleta casi nunca pero que se decidió por ser la Flebi Supra, eléctrica y pequeña, es decir, con el centro de gravedad bajo y por ello con facilidad para poner el pie en caso de desequilibrio. Además, el tipo de plegado permite meterla en cualquier lugar y con ello la tranquilidad de saber que guardarla no será un problema.
Para una persona inexperta la seguridad es muy importante. En el caso de la Flebi Supra, al ser las ruedas pequeñas, el cuerpo siempre está cerca del suelo y ante una eventual dificultad es fácil echar el pie a tierra. Esto facilita mucho el acople y el dejar fluir el pedaleo centrándose en el Camino.
Otro elemento fundamental es la mayor o menor dificultad al dar pedal que se concreta en las marchas. Si tienes una sola marcha, tienes un sólo piñón y cuando tengas que subir notarás que es muy difícil mover los pedales. La Flebi tiene 3 marchas que permiten rodar en llano con velocidad, ascensos muy livianos y pendientes un poco más acusadas. Estas opciones serían escasas para el Camino pero contamos con la asistencia eléctrica al pedaleo que activamos cuando queramos. La Flebi tiene seis opciones que nos van dando mayor ayuda según la vayamos necesitando. Debemos tener en cuenta que a mayor asistencia menor autonomía de la batería y eso supone un gran reto porque es preciso conocer hasta dónde puede llevarnos la Flebi.
Comenzamos
En la primera etapa las subidas no son muy pronunciadas, la mayor dificultad reside en el terreno quebrado ya que se necesita tracción y con el motor adelante es complicado. Igualmente en los descensos unas ruedas con mayor tracción serían recomendables.
Para subir llegamos a la conclusión de que con personas de hasta 70 kg puede ser viable, a partir de ese peso sería necesario bajarse y para eso tenemos una opción sorpresa que nos será de gran ayuda: el acelerador. Este nos permite que llevemos la bicicleta sin empujar usando moderadamente el gatillo y así la bici irá acompañando el caminar.
Los kilómetros van pasando y la confianza cada vez es mayor, las subidas no suponen un problema y en las bajadas era suficiente reducir la velocidad. Al final del día el total acumulado fueron 45 km y lo mejor, con batería sobrante como para al menos 20 km más. La experiencia del primer día muy positiva y a la hora de recargar la batería no es necesario desmontar nada.
En Pontecesures la bicicleta podía entrar perfectamente en el albergue sin dificultad por el tamaño.
La Supra cumple con creces
La segunda jornada ya presenta alguna dificultad montañosa un poco mayor por el desnivel pero con el nivel tres de asistencia resulta suficiente. Un ritmo continuo y suave, admirando el paisaje, coincidiendo con peregrinos y respirando ya de cerca el olor de Santiago.
La Flebi no se resiente. De forma sorprendente los baches no resultan un inconveniente ya que el sillín y la flexibilidad del cuadro en la zona basculante hacen que los posibles impactos se amortigüen con solvencia. Diez, veinte, veinticinco kilómetros y se acerca Santiago sin que la batería muestre problemas de autonomía. Claramente va a llegar para entrar en Santiago con total garantía.
A medida que Santiago está más cerca, el terreno se convierte en más urbano y la rodadura suave.
Las casas con sus terrenos y los animales domésticos. Las flechas amarillas a las que hay que ir prestando atención para adentrarse en Santiago. Viñas que nos hacen un pasadizo majestuoso.
Objetivo cumplido
Entrada en Santiago, entrada en el Obradoiro al encuentro con la Catedral.
Son 39,5 kilómetros con mucha batería sobrante que nos dejan un gran sabor de boca y la tranquilidad de saber que se pueden hacer más jornadas del Camino sin miedo a quedarse sin batería y con la sensación de que es posible hacer el Camino con una Flebi Supra y disfrutar de ello.